La OMS advierte sobre el auge del cigarrillo electrónico entre los jóvenes: una nueva ola de adicción a la nicotina
- Harley Nuñez

- 7 oct
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Ginebra / Santo Domingo – La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado recientemente sobre un preocupante incremento en el consumo de cigarrillos electrónicos entre adolescentes de todo el mundo, lo cual amenaza con revertir décadas de avances en la lucha contra el tabaquismo.
Datos clave del informe de la OMS
Al menos 15 millones de jóvenes de entre 13 y 15 años usan cigarrillos electrónicos a nivel mundial.
En muchos países, los adolescentes tienen nueve veces más probabilidad de vapear que los adultos.
Se estima que en total hay 86 millones de vapeadores adultos, predominantemente en países de altos ingresos.
Riesgos identificados
La OMS ha enfatizado que los cigarrillos electrónicos “alimentan una nueva ola de adicción a la nicotina”, especialmente porque se promocionan como alternativas menos dañinas del tabaco convencional, pero están atrapando a los jóvenes a una edad temprana.
Aunque los efectos a largo plazo todavía no se conocen completamente, ya hay evidencia de que estos dispositivos generan sustancias tóxicas conocidas por causar cáncer, así como daños pulmonares y cardiovasculares.
Otro problema es el impacto sobre el desarrollo del cerebro adolescente, lo cual puede afectar funciones cognitivas, aprendizaje y toma de decisiones.
Situación regional: Latinoamérica y República Dominicana
En Latinoamérica, los porcentajes son menores comparados con algunas regiones de Europa, pero ya hay preocupaciones sobre el incremento del vapeo entre jóvenes.
En República Dominicana, la OPS y el Ministerio de Salud han advertido sobre los riesgos que conlleva el uso de tabaco en cualquiera de sus modalidades, incluyendo cigarros electrónicos o vaporizadores, enfatizando los daños respiratorios, pulmonares y el potencial de liderar a enfermedades graves si no se regula con prontitud.

Medidas y recomendaciones
La OMS insta a los gobiernos a regular estrictamente los cigarrillos electrónicos: establecer edad mínima para su venta, prohibir sabores atractivos, regular la publicidad y marketing, fortalecer políticas e inspecciones que protejan a los jóvenes.
Promover campañas educativas que informen los riesgos reales del vapeo, especialmente dirigidas a adolescentes, padres y escuelas.
Incluir vigilancia epidemiológica de uso en jóvenes y monitorear la entrada de nuevos productos con nicotina al mercado.
Conclusión
El cigarrillo electrónico, lejos de ser una solución clara para quienes buscan dejar el cigarrillo convencional, se perfila como un factor de riesgo emergente entre las nuevas generaciones. Si no se actúa con urgencia, los jóvenes podrían enfrentar problemas de salud pública aún mayores, más adicción y posiblemente retrocesos en los avances logrados hasta hoy. La advertencia de la OMS no puede pasar desapercibida: es momento de que los países fortalezcan políticas, regulación y educación para proteger a su población más joven.





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