Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica: una enfermedad silenciosa que puede pasar desapercibida
- Nicholle Grullon

- 22 sept
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El 22 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la LMC; diagnóstico temprano y tratamientos modernos mejoran drásticamente el pronóstico
Santo Domingo — Cada 22 de septiembre, el mundo recuerda la leucemia mieloide crónica (LMC), un cáncer de la sangre caracterizado por una progresiva acumulación de células mieloides anormales, producto de una mutación genética conocida como cromosoma Filadelfia o fusión BCR‑ABL. Aunque este tipo de leucemia puede permanecer sin síntomas durante mucho tiempo, su detección temprana es crucial para asegurar un tratamiento eficaz y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Uno de los mayores retos es que la mayoría de los casos son diagnosticados de forma incidental, mediante análisis de sangre de rutina, antes de que los síntomas sean evidentes. Síntomas como fatiga, fiebre, sudoraciones nocturnas, sensación de plenitud abdominal por bazo agrandado, pérdida de apetito o peso pueden pasar por otras afecciones y retrasar el diagnóstico. El proceso diagnóstico se confirma con pruebas como hemograma completo, biopsia de médula ósea, examen del cromosoma Filadelfia mediante estudios citogenéticos o moleculares.
Gracias a los avances en terapias dirigidas como los inhibidores de tirosina quinasa, los pacientes en fase crónica tienen ahora una tasa de supervivencia a cinco años superior al 90 %. Sin embargo, cuando la LMC progresa a fases acelerada o blástica, el pronóstico empeora considerablemente, por lo que el seguimiento estricto, la adherencia al tratamiento y los análisis genéticos son fundamentales. Estudios recientes como los realizados en Colombia reafirman la eficacia de estos tratamientos y la importancia del diagnóstico temprano.

El Día Mundial de la LMC es una oportunidad para sensibilizar sobre una enfermedad que muchas veces avanza sigilosamente. Promover la vigilancia médica, mejorar el acceso a pruebas diagnósticas genéticas, fortalecer los programas de tratamiento continuo, y educar a la población sobre señales tempranas puede marcar la diferencia en el curso de esta enfermedad.





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