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Pamela revela por qué no dejará ir a su hijo al concierto de Bad Bunny: “No comparto que a los niños los lleven tan rápido”

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20 de octubre de 2025 – SANTO DOMINGO , la fiebre por asistir a los conciertos de artistas como Bad Bunny es global, con fans que abarrotan estadios, arenas y recintos masivos. Sin embargo, en paralelo a este fenómeno de euforia, algunos padres comienzan a alzar la voz respecto a la presencia de menores de edad en esos entornos. Una de ellas, identificada como “Pamela”, explicó públicamente por qué decidió que su hijo no asistiría al próximo show del reguetonero: “No comparto que a los niños los lleven tan rápido”, señaló.


Contexto de la preocupación

Los conciertos de Bad Bunny no sólo atraen por la música, sino por un montaje de gran escala, efectos lumínicos, masas de público, sonidos intensos y horarios que se extienden hasta altas horas de la noche. Todo ello plantea varios interrogantes cuando se trata de adolescentes o niños: ¿Es adecuado el ambiente para su edad? ¿Qué riesgos existen de exposición al entorno, presión, consumo o seguridad?Por ejemplo, ya se ha reportado que en Puerto Rico el Departamento de la Familia coordinó presencia de personal de protección para menores durante la residencia de Bad Bunny, argumentando que “los menores deben estar acompañados de un adulto y vigilados” si asisten.



¿Qué dijo “Pamela”?

En declaraciones recogidas por redes sociales y foros de discusión, “Pamela” manifestó que aunque entiende la emoción de su hijo por ver a su artista favorito, considera que llevarlo a un concierto de tal magnitud “tan rápido” (temprana edad / primer concierto) no es lo más adecuado. Los principales motivos que expuso fueron:

  • El horario tardío y la finalización del show después de media noche.

  • El entorno masivo, con miles de personas, lo cual aumenta riesgos de seguridad, aglomeraciones y comportamiento difícil de predecir.

  • La posible exposición a contenido, lenguaje o ambiente que no considera adecuado para menores tan jóvenes.

  • Preferencia de esperar hasta que sea “más grande” o hasta ir acompañado de adultos de confianza.


Implicaciones para la industria y los padres

La postura de esta madre abre un debate relevante: ¿hundirse en la fiebre del fanatismo a edades muy tempranas es realmente recomendable? Algunos puntos de análisis:

  • Las entradas para grandes conciertos suelen agotarse rápidamente, lo que incentiva que inclusive adolescentes intenten asistir aunque no tengan control o compresión total del entorno.

  • Las normas de muchos recintos establecen que los menores deben estar acompañados de un adulto o tener autorización, pero las prácticas pueden variar por país o evento.

  • Los padres tienen la responsabilidad de evaluar no sólo el artista, sino el estadio, el tipo de evento, quiénes los acompañan, el transporte y salida del lugar, etc.

  • Desde la industria del entretenimiento, se está haciendo más visible la atención al tema de menores: horarios, zonas familiares, precio reducido, control de acceso, etc.

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¿Qué pueden hacer los padres?

  • Establecer comunicación abierta con sus hijos sobre el evento: qué hora empieza, a qué hora acaba, quién los acompañará, cómo van a volver.

  • Verificar que el recinto tenga zonas seguras para menores, salidas controladas y acompañamiento adulto.

  • Conversar sobre expectativas: “¿Qué esperamos del concierto?”, “¿Qué hacer si te sientes incómodo?”, “¿Cómo volvemos a casa?”.

  • Considerar asistir juntos al concierto para que sea una experiencia compartida y segura.

  • Evaluar si quizás sea mejor esperar hasta que el menor tenga más edad, o elegir un show “para familias” o en horario más temprano.


Conclusión

El entusiasmo por artistas como Bad Bunny es legítimo y comprensible. Sin embargo, como bien advierte esta madre, no está de más preguntarse cuándo y bajo qué condiciones es adecuado llevar a un menor a un concierto de gran escala. Porque más que “no dejar ir”, podría tratarse de prepáralo bien, acompañarlo y esperar el momento adecuado.


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