Obesidad y salud sexual: del impacto hormonal al trauma del “pene enterrado”
- Nicholle Grullon
- hace 3 días
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La obesidad tiene consecuencias que van más allá de lo estético. Según la doctora Cristina Petratti (SEEDO), en hombres, el exceso de grasa altera la función vascular, reduce la producción de óxido nítrico —vital para la erección—, disminuye testosterona y compromete la calidad del semen. Además, enfermedades asociadas como diabetes, hipertensión o apnea del sueño aumentan el riesgo de disfunción eréctil y problemas de fertilidad. En mujeres, la obesidad perturba el eje neuroendocrino responsable de los ciclos reproductivos, provocando irregularidades menstruales, anovulación, alteración del deseo sexual y fertilidad reducida. El impacto psicológico es significativo, con efectos como baja autoestima, estrés, depresión y aislamiento.

Además, un problema más físico y poco reconocido es el pene enterrado. El urólogo François Peinado lo describe como una condición frecuente pero poco diagnosticada en hombres obesos, donde el pene queda oculto bajo la grasa púbica. Esto puede generar dificultades para orinar, disfunción eréctil, dolor durante el sexo y graves trastornos emocionales. Aunque primero se puede intentar reducir peso, en muchos casos la solución efectiva es una cirugía reconstructiva que libera el órgano y mejora la calidad de vida del paciente.
La obesidad provoca alteraciones endoteliales que reducen la producción de óxido nítrico, afectando la erección; además, disminuye la testosterona y deteriora la calidad del semen. Este impacto se agrava con enfermedades relacionadas como la diabetes tipo 2, hipertensión y apnea del sueño, elevando el riesgo de disfunción eréctil y problemas de fertilidad en hombres. En mujeres, la obesidad altera el eje hipotálamo‑hipófisis‑ovario, provocando irregularidades menstruales, anovulación y repercusiones en la respuesta sexual. La condición también afecta emocionalmente, llevando a ansiedad, baja autoestima y aislamiento.
El llamado pene enterrado es una condición frecuente pero poco diagnosticada, especialmente común entre hombres obesos. Se produce cuando el pene queda oculto bajo grasa suprapúbica, pese a tener estructura intacta. Esta afección genera problemas urinarios, dolor durante el coito, disfunción eréctil, así como complicaciones psicológicas como depresión y aislamiento. La única solución eficiente suele ser la cirugía, aunque una pérdida importante de peso puede ayudar parcialmente.
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