Motociclistas desenfrenados en Santo Domingo: impunidad y riesgo desafían a la autoridad.
- Nicholle Grullon

- 14 jul
- 2 Min. de lectura

Miles de motocicletas circulan por el Gran Santo Domingo sin placas, licencia ni casco, mientras conductores sin control violan semáforos y abarrotan las vías, lo que genera una sensación de caos, impunidad y alto riesgo vial.
Según datos del cierre de 2024, más del 56 % del parque vehicular —aproximadamente 3.3 millones de motos— está circulando en las calles, pero solo entre el 0.3 % y el 1 % de los conductores cuenta con licencia vigente . Además, solo el 26.8 % de las motocicletas están debidamente registradas .
Encuestas recientes de MOVIDO revelan que el 92 % de los ciudadanos percibe a los motoristas como un serio peligro vial, y el 94 % considera que no respetan las normas de tránsito . Por su parte, los mortales no se hacen esperar: el 65–70 % de las muertes por accidentes de tránsito en 2024 involucró motocicletas, más de 2.100 de los 3.114 fallecidos .

El problema se agrava por conductas peligrosas como circular sin luces, zigzaguear, pasar semáforos en rojo, elevar la rueda delantera (“calibrar”), y la falta de uso de cascos homologados, presente en más del 85 % de los motistas fallecidos . A pesar de la Ley 63-17, la fiscalización es deficiente. Muchos agentes de Digesett observan estas infracciones sin intervenir, creando un ambiente de tolerancia incluso complicidad.
Para revertir esta crisis, el gobierno dominicano lanzó el Pacto Nacional por la Seguridad Vial, respaldado por la OPS, con la meta de reducir muertes en un 15 % anual hasta 2030. Este incluye multas más severas, sistema de puntos, fiscalización, campañas de concienciación y promoción del uso de cascos, además de aumentar recursos hospitalarios . Además, el Ministerio de Interior impulsa un plan de registro obligatorio de motos para mejorar el control.
El desafío es enorme: más de 3 millones de motocicletas circulan sin control, en un clima de impunidad y falta de educación vial. La ciudadanía exige acción: regulación eficaz, educación y una policía vial activa. De lo contrario, el caos sobre dos ruedas seguirá cobrándose vidas y debilitando la confianza en las autoridades.






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