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“Habitación para la Serie Mundial: una noche de hotel se dispara hasta +2.700 %”

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La combinación de deporte y hospitalidad ha alcanzado un nuevo máximo en la ciudad de Toronto, Canadá. El hotel Toronto Marriott City Centre —único hotel en América del Norte integrado al interior del estadio Rogers Centre— registra tarifas exorbitantes para las habitaciones con vista al diamante durante la Serie Mundial de la Toronto Blue Jays.

Según un reciente informe publicado por el medio especializado Sports Business Journal, una habitación “field-view” para el primer partido de la serie se cotizaba en C$ 10.388,75 (aproximadamente US$ 7.400) incluyendo tasas. Para poner la cifra en perspectiva, habitaciones estándar en días normales se ofertaban por alrededor de C$ 1.200 (≈ US$ 856). Esto representa un incremento de varios cientos de por ciento —en algunos cálculos cercano o incluso superior al 2.700 %— con respeto a tarifas base.


¿Por qué este aumento extremo?

  • Ubicación única: El Marriott está literalmente “dentro” del Rogers Centre: algunas habitaciones tienen ventanales que dan directamente al campo sin salir del hotel.

  • Demanda explosiva: La clasificación de los Blue Jays a la Serie Mundial tras más de 30 años sin conseguirlo ha disparado interés turístico y alojamiento premium.

  • Oferta limitada: Solo un número reducido de habitaciones con vista al estadio están disponibles, lo que genera escasez y concede un poder de fijación de precios muy elevado.

  • Experiencia “bucket list”: Ver un juego en la Serie Mundial desde la comodidad de un hotel adjunto al estadio e incluso con ventana al campo se convierte en experiencia extraordinaria, lo que justifica el sobreprecio para muchos aficionados.


Repercusiones y reflexiones

Este fenómeno plantea varias consideraciones para el mundo del turismo deportivo:

  • Puede abrir la puerta a más alojamientos premium que combinen “evento + alojamiento exclusivo”, delineando un nuevo nicho de mercado.

  • Para el aficionado promedio que entra en la reventa de entradas o alojamiento, los costos pueden convertirse en prohibitivos, generando una segmentación entre “experiencia de lujo” y la opción estándar.

  • Impulsos inflacionarios similares podrían trasladarse a otros mercados de eventos deportivos de gran escala.


Conclusión

La noche de hotel para la Serie Mundial en Toronto ya no se mide solo en dólares: se mide en expectación, ubicación y exclusividad. Lo que hasta hace poco era una habitación muy solicitada, hoy es una cama con vista al diamante, vendida como experiencia única y dispuesta a pagar tarifas que sorprenden incluso al más acostumbrado a los precios elevados del turismo deportivo.

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