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Bad Bunny impulsa más de US$ 560 millones en alojamientos de Airbnb durante su residencia en Puerto Rico

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San Juan, Puerto Rico — La reciente residencia musical del cantante puertorriqueño Bad Bunny, titulada “Yo No Me Quiero Ir De Aquí”, ha generado un impacto económico sin precedentes en la isla, especialmente en el sector de alojamiento turístico. Según un comunicado de Airbnb, durante los tres meses que duró el evento (de julio a septiembre de 2025) se registraron más de US$ 560 millones en ingresos para los hogares anfitriones de la plataforma.


Detalles del impacto

  • Más de 10 000 anfitriones de Airbnb en Puerto Rico abrieron sus espacios para alojar aproximadamente 550 000 visitantes provenientes de 1 300 ciudades y 108 países.

  • Durante el periodo de la residencia, la plataforma indicó que las búsquedas de alojamiento en toda la isla aumentaron en más de 140 % respecto al mismo periodo en 2024.

  • Además, un estudio de la firma Gaither International estimó que la residencia dejó un impacto económico total de hasta US$ 713 millones, contemplando otros rubros como consumo local, empleo e impacto turístico general.


Implicaciones para Puerto Rico

Este fenómeno no solo reafirma el poder de convocatoria de Bad Bunny dentro de la industria musical, sino que también pone de relieve cómo eventos culturales de gran escala pueden convertirse en motores económicos para regiones anfitrionas. En Puerto Rico, el aumento del turismo, la ocupación de alojamientos y la visibilidad internacional fueron notorios. Esto beneficia directamente a los anfitriones locales, al comercio, transporte y otros rubros vinculados al turismo.


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Consideraciones y retos

Sin embargo, este tipo de auge también trae consigo desafíos. Para los expertos, asegurar que el crecimiento sea sostenible implica:

  • Gestionar el auge temporal de turismo sin que se desplace o perjudique a residentes locales.

  • Aprovechar el momento para fortalecer infraestructura, servicios y diversificar la oferta turística.

  • Evaluar la distribución del beneficio económico entre comunidades, especialmente en zonas fuera de los principales núcleos urbanos.


Conclusión

La residencia de Bad Bunny en Puerto Rico representa un caso paradigmático de cómo la cultura pop y el entretenimiento pueden traducirse en beneficios económicos concretos para una región. La cifra de US$ 560 millones sólo en alojamientos reafirma que detrás de un concierto hay un ecosistema más amplio: turismo, hospedaje, movilidad y comercio. Para la isla, la clave estará en traducir este éxito en oportunidades duraderas.


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